26 ene 2013

Un Viaje Sin Final


Quiero que me acompañes en este viaje, 
y antes de que me preguntes, 
no se a donde llegaremos, 
para mí este viaje no tiene un destino fijo.

Las carreteras no tienen ningún final, 
en motocicleta las recorreremos, 
no importa si ninguno de los 2 tenemos,  
de alguna manera la conseguiremos.

El frio de las 5 de la mañana es quien nos da la bienvenida, 
las estrellas son nuestras fieles guías, 
la tenue neblina es temporal, 
en un momento dejara de humedecernos el rostro.

El amanecer marco el color amarillento del cielo azul,  
el sol se asomaba lentamente, 
sentía su leve calidez en mis manos, 
aunque más cálida sentía tu espalda, 
a la que yo me encontraba abrazada,
por más ropa que nos encontrábamos usando,
alcanzaba a sentirla.

Las curvas de la carretera se convirtieron en mis cómplices,
con cada una me aferraba mas a tu espalda,
pegando aun mas mis pechos,
y recostando mi rostro sobre la misma,
mis manos aun mas sujetadas a tu abdomen,
mis dedos ansiosos de acariciarte,
de sentir tu calor sobre mi cuerpo.

Las 10 de la mañana pintaron otra tonalidad en el cielo,
el viento ahora era tibio,
detenernos cerca a un rio me dejo saberlo,
aguas tan cristalinas corrían entre rocas,
nuestro reflejo temblando en la misma,
entrelazar nuestros dedos al tomarnos de la mano la hizo danzar,
no supe la reacción del agua, pues cerré los ojos al instante,
al sentir tus fríos labios entrelazados con los míos.

El medio día llego, las ganas de comer también,
un pintoresco restaurante fue el sitio escogido,
variedad de personas y de comidas nos recibieron,
sin embargo, una picara y atractiva idea pareció recorrernos el pensamiento al mismo tiempo,
nuestros ojos lo delataron,
del sitio salimos con 2 botellas en particular,
una fría y refrescante cerveza bebíamos sentados en la pendiente de la montaña,
cada gota era revitalizante para tan ardida garganta,
(…) fue inevitable,
busque con desespero tus labios, ahora cálidos por el alcohol,
una nueva sensación recorrió mi cuerpo,
al sentir tan estimulante el sabor algo agridulce de la cerveza mesclada con tu saliva,
tus besos me acercaban al cielo.

La carretera ahora de adrenalina se sentía,
a mas de 80km ya corríamos,
mi cabello, como alma libre, danzaba a merced del viento,
mientras, abrazada a ti, gritaba emocionada,
mirando a tan anaranjado cielo,
las horas de la tarde habían aparecido,
acelerabas cada vez más, sentía tu emoción,
parecías querer a algo llegar a tiempo,
anhelaba que fuera lo que mi mente ya imaginaba.

Caminamos entre el largo y verde pastizal,
tu arrastrando la motocicleta,
el sol cada vez mas caía lentamente entre las nubes,
nuestras sombras se estiraban lentamente,
nos detuvimos frente a un gran lago,
donde el sol se reflejaba,
dejaste la motocicleta cerca al borde,
(…) minutos faltaban y la noche ya reinaría en el sitio,
me abrazaste por la cintura,
poco a poco me hiciste ceder hasta quedar recostada en medio del pastizal,
luego te acomodaste encima mío,
una de tus rodillas entre mis piernas se acomodo,
tu mano derecha justo al lado de mi rostro,
y la izquierda entrelazando tus dedos con los míos,
la noche apareció.

Tu rostro era iluminado por la naciente luna llena,
la única luz presente en el lugar,
te hacía ver perfecto, cada facción era cuidadosamente delineada por la blanquecina luz,
tus labios se entrelazaron con los míos nuevamente,
marcabas el ritmo lento y apasionado en cada beso,
(…) bajaste a mi cuello, me besabas y mordías,
yo enrede mis dedos entre tu cabello,
cegada por el placer que sabía que aumentaría,
el tiempo dejo de existir,
llevaste mi cuerpo y mi alma a un éxtasis profundo,
mas que pro el placer, fue por el amor,
del que la luna y las estrellas fueron testigos silenciosos,
testigos que también son cómplices celosos,
celosos por no tener quien los ame tan apasionadamente,
como tu me amas, y como yo te amo.

Una nueva mañana cambio las tonalidades del cielo,
y nosotros ya nos encontrábamos nuevamente recorriendo la carretera,
el viaje continuaba sin un destino final,
solamente anhelaba saber en aquel entonces,
si me seguirías acompañando en este viaje,
al que yo llamo mi vida…